
Una de las cosas que más llama la atención a los visitantes extranjeros en Japón es la cantidad de cableado eléctrico que hay en sus ciudades.

En ocasiones son auténticos enmarañados que impide ver con claridad que hay más allá de ellos. Esto se debe a que las autoridades japonesas consideran un gasto excesivo e inútil el enterrar los cables, ya que si hay averías su reparación seria mucho más cara.

Sin embargo los daños causados por tormentas y tifones suman cada año un importante coste en remendar los daños, pero aún así resulta más barato seguir con el sistema actual.

Por otra parte los japoneses parecen estar resignados o acostumbrados a ver sus ciudades cubiertas de un cableado a simple vista caótico.

Algo que ya se ha convertido en parte del paisaje urbano de Japón.
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